Ya estamos de vuelta un año más, miramos al futuro con ilusión y curiosidad sin saber qué nos deparará, cómo no, con muy buena cara. Cuando hablo de esto me vienen a la mente colores vivos llenos de sentimiento, de ahí este post, de explicar cual es el efecto que tienen en nosotros.
A la hora de pintar, dibujar o simplemente cuando nos vestimos transmitimos nuestras emociones por medio del color, y sí, es cierto, cuando estamos más deprimidos tendemos a colores más fríos y oscuros, en contra, cuando nuestro estado de ánimo es muy bueno tendemos a tonalidades más alegres y claras. Igualmente esto sucede a la inversa, los colores pueden interferir en nuestras emociones. Este concepto es indispensable a la hora de «vestir» una casa.
Por otra parte influyen en la percepción. Los colores crearan sensación de amplitud o todo lo contrario según la tonalidad que se utilice y cómo se dispongan, así pues, un color demasiado oscuro en una habitación con pocos metros puede reducirla aun más, no obstante si se combina correctamente puede quedar genial.
Un dormitorio oscuro que no me importaría tener.
Ejemplo de cómo con tonalidades claras un dormitorio de reducidas dimensiones puede parecer amplio.
En cambio si lo que queremos es ganar más metros visualmente optaremos por colores claros.
Finalmente me gustaría decir que todas estas indicaciones son orientativas, al final cada uno elige su espacio.
